19 enero 2007

Cuento para poder dormir


La niña entró al bosque buscando respuestas. Estaba perdida, y su única salida, pensaba ella, se encontraba bajo la guía de los árboles.
Entonces comenzó a acercarse a cada árbol que le extendía sus ramas. Tomaba las hojas y leía el envés. Al comienzo sólo veía nervaduras... líneas paralelas y oblicuas que a su vez encerraban otras líneas paralelas y oblicuas, a modo de fractal. No entendía nada... y surgía la desesperación.

Pensó que jamás vería las respuestas, y que estaría perdida para siempre.

Con el tiempo empezó a comprender el lenguaje arbóreo y entendió lo que ellos, los árboles, querían decirle. Estos hablaron largamente, respondiendo todas las preguntas.
Fue entonces cuando despejó sus dudas y su mente se aclaró. Y por fin, pudo encontrar la salida.

Y salió del bosque convertida en mujer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que dificil, a veces uno quisiera regalar alas, y termina regalando anclas, raices profundas y torcidas, como las de un viejo arbol.